Sus amigos la vieron por última vez saliendo del instituto en Calviá, Mallorca. Era el dos de diciembre de 2013, Malén tenía 15 años. Su madre la sigue buscando cada día. "Cada noche la busco, cada noche la encuentro, cada noche la abrazo pero me despierto y me tengo que rearmar de fuerzas y esperanzas para salir a la calle y seguir dando voz a Malén", explica.

El autobús la dejó en una rotonda a medio día, cuando iba a comer a casa de su novio. Es ahí donde su rastro desaparece. "A Malén no la subieron a la fuerza a un coche. Alguien hubiese escuchado algo. Eran las cuatro menos cuarto de la tarde. Alguien hubiese visto algo", comenta.

Natalia sospecha que fue alguien que la conocía, alguien que está en su lista de sospechosos. "Me he reunido con personas, incluso he llegado a grabar a personas con el conocimiento de los investigadores", asevera.

A punto de cumplir cinco años, la esperanza de encontrar a su hija sigue viva. "Hasta que me demuestren lo contrario, mi Malén late, mi hija respira. Lo que no sé ni dónde, ni cómo, ni quién se la llevó", cuenta.Es lo que buscan. Una pista, un rastro que les lleven hasta Malén.