Manuel Soler, un pescador de la Albufera de Valencia, se ha encontrado con la jornada laboral soñada. Ha salido a faenar con su barca y ha tenido que volver a la media hora porque no le cabían más peces en la embarcación. El motivo es que ha atravesado una banco de pescados, ha llegado
"Mira, mira, mira esooo", gritaba excitado. No era para menos, estaba atravesando una 'lluvia' de peces pocas veces vista con anterioridad. Tal era la cantidad de peces que han caído en sus redes que ha tenido que pedir que parasen: "¡Aaah basta, basta!". Sin embargo, era necesario saber por qué saltan los peces, y el pescador contesta: "Saltan porque se ven atrapados". Lo que no ha querido contar es su secreto "eso no se cuenta, es como el que hace un plato de comer".

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Las consecuencias Las lluvias torrenciales desatan el caos en el sureste español: urbanizaciones aisladas, tráfico colapsado y un despliegue de emergencia ante una situación crítica que recuerda a la tromba de 1997.