Las monjas cismáticas de Belorado siguen encerradas y se niegan a recibir las notificaciones pertinentes y los enviados de la Santa Sede. El lunes deben entregar una copia de las llaves del monasterio y tienen diez días para acudir a los tribunales. Los últimos acontecimientos dejan claro su intención de vetar cualquier diálogo.

José Ceacero, portavoz de las monjas de Belorado, habló este viernes con los medios y advirtió de que iba a "ser una guerra larga". Ahora, las monjas cismáticas de Belorado han respondido al último encontronazo con la Iglesia, asegurando que la comitiva de la Archidiócesis de Burgos que se presentó en el monasterio el jueves pasado lo hizo sin permiso, ignorando una señal bien clara.

El objetivo era solicitar una copia de las llaves y documentación. Sin embargo, tal y como señaló este viernes Ceacero, "las monjas se han negado y no le van a dar las llaves". Además, las religiosas denuncian que las asfixian económicamente, y que sus cuentas están embargadas.

Cuenta atrás para la excomunión

Desde hace poco más de una semana, el arzobispo por orden del Vaticano tiene plenos derechos sobre el monasterio, y todo esto mientras encaran la cuenta atrás a la excomunión. Un decreto recoge que en un plazo de diez días deben afrontar una especie de 'juicio final', aunque, de momento, no tienen pensado ir. "Alguna de ellas ha bromeado con que si alguien va a Burgos a recoger el decreto de excomunión, que traiga yogur líquido de Mercadona", expresó el portavoz de las monjas de Belorado.

Las monjas incluso van más allá y acusan al arzobispado de urdir con estas medidas una operación inmobiliaria: "Tienen mucha prisa en intentar disolver las entidades jurídicas excomulgando a los miembros de las mismas para poder así quedarse con los tres inmuebles", denuncia José Ceacero.

Por su parte, la Iglesia reconoce que no tiene intención de echarlas. En lo único en lo que parecen estar de acuerdo es en cómo resolver el conflicto: "Que hablen los abogados y los jueces; no hay otra solución", ha declarado el portavoz de las monjas de Belorado. Y es que a esta 'guerra santa' aún le quedan más batallas.