La historia de esta iniciativa comienza cuando su fundador Bryan Ware estaba celebrando su 40 cumpleaños junto a su familia en un restaurante. Ese día descubrió que todos los lápices que ofrecen a los niños acaban en la basura, en ese momento Ware decidió buscarles una nueva utilidad.

El proyecto se hizo realidad a través de la iniciativa 'Crayon', donde junto a un grupo de padres llevan a cabo diversas iniciativas en los hospitales.

La recopilación de lápices se realiza en colegios y restaurantes, después los miembros de la asociación se encargan de fundirlos para darles una nueva forma. Finalmente, estos se entregan en varios hospitales de California.

La iniciativa ha recibido un apoyo masivo en las redes sociales, además, cientos de colegios y restaurantes realizan campañas para recolectar lápices.