Después de 21 años en una residencia, Francisco, podría salir de ella para siempre. La Generalitat Valenciana le reclama ahora 535 euros al mes por la estancia. Antes no pagaban ni un euro.
En palabras de su hermana Encarnación, "el problema se soluciona si saco a Francisco de ahí", sin embargo, pra ello debería dejar de trabajar, es profesora en un colegio, su sueldo es el único que entra en esta casa: donde además hay otro dependiente, su madre, enferma de alzehimer.
Pagando la residencia, sus únicos ingresos que recibirían serían 126 euros de una pensión de orfandad para Francisco para ropa, medicinas, comida. Encarnación se pregunta si los responsables de esta decisión "podrían vivir con lo que dejan" a su hermano.
De esa cantidad, la Consellería asegura que la media del dinero de bolsillo que le queda a los dependientes tras este copago es una de las más altas de España. Aún así, no valoran casos particulares, no hablan del de Francisco: Discapacitado psíquico y sordomudo, sufre ataques epilépticos espontáneos.
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