El falso monje Shaolín, Juan Carlos Aguilar, ha reconocido que asesinó a sus dos víctimas. A la primera de ellas, Jennifer Sofía, de nacionalidad colombiana, la ató y la mató. Después se fotografió con su cadáver para terminar descuartizándolo.
A la segunda víctima, Maureen Ada Otuya, de origen nigeriano, reconoce que la convenció para mantener relaciones sexuales en su gimnasio de Bilbao, que estuvo a punto de escapar, pero que la atrapó en su huida. Fue entonces cuando la golpeó y terminó estrangulándola con sus manos.
Juan Carlos Aguilar no ha reconocido que se ensañara con ella, algo que sí piensan varias acusaciones particulares, que piden que se le condene por ensañamiento. El fiscal pide para Juan Carlos Aguilar un total de 45 años de cárcel por los dos asesinatos.