Paco tiene 58 años y desde hace 20 padece Párkinson. La enfermedad le deja cada vez más rígido y menos comunicativo, por eso necesita rehabilitación para ralentizar un deterioro físico inetivable.
"No podemos detener el avance de la enfermedad ni por supuesto curarla, pero estas terapias complementarias son imprescindibles para sentirte más ágil, con más movilidad, facilitar que la voz no desaparezca", explica Paco Montesinos.
Los enfermos crónicos como ellos, tienen derecho a recibir rehabilitación según el Sistema Nacional de Salud. Pero el acceso según los enfermos es limitado.
"Yo hace como cuatro años que lo estoy teniendo y si no hubiese estado este centro no habría encontrado a nadie en la Seguridad Social que me apoyara y que me sirviera de ayuda como aquí lo están haciendo", afirma Felisa Bernal, enferma de Párkinson.
El coste de estos servicios para las asociaciones asciende a más de 34 millones de euros. Por eso, para la Federación de Párkinson, las subvenciones estatales de hasta un 50% no son suficientes.
"Nosotros lo que reclamamos es que estas terapias se den a través de la asociaciones porque nosotros ya estamos dando este servicio. Pero que en vez de una subvención (que nunca es por el coste total), lo que pedimos es una subcontratación", denuncia María Gálvez, de la Federación Española de Párkinson.
Quieren conciertos económicos con el estado que permita ofrecer terapias complementarias como fisioterapia o logopedia. Hacer accesibles a los más de 150.000 afectados de Párkinson las herramientas para no perder calidad de vida.