Aprovecharon el fuerte temporal marítimo para intentar llegar a Ceuta, pero cuando tenían la orilla a escasos metros, las olas y el viento hacen que la balsa vuelque. Sus ocho ocupantes quedan a merced de las corrientes y pese a que algunos consiguen llegar a tierra, dos mujeres son arrastradas mar adentro.
"El torrente era muy fuerte con muchas corrientes y el mar nos engullía constantemente", explica Isaac Sepulveda, uno de los agentes que participó en el rescate.
Iván o Isaac son algunos de los guardias civiles que llegan a la playa en ese momento. Es una zona rocosa, pero se lanzaron al agua arriesgando su vida hasta llegar hasta las mujeres. "Ella la pobre me hundía y yo le pedía que estuviera tranquila, pero nos íbamos hundiendo y conforme pisábamos fondo nos impulsábamos hacia la orilla", narra Iván Béjar.
Fue una intervención in extremis y el resto de compañeros tuvieron que ayudarles a salir. Una escena que quedó grabada por las cámaras de vigilancia de la valla. Iván explica que sus compañeros también se jugaron la vida: "Si no llegan a estar allí no salgo".
Tanto los agentes como los ocho migrantes se encuentran en buenas condiciones tras un rescate agónico en esta zona del Estrecho de Gibraltar marcada por otros naufragios que no siempre ellos pueden evitar.