Ya hay 305 muertos por ahogamiento entre enero y julio de este año. Y el 91% murió cuando no había vigilancia. Así pues, la clave de este problema está en los socorristas, y por varias razones. La principal es que su presencia no es obligatoria. Por ejemplo, en el pantano de San Juan, la mayor zona de baño de Madrid, no hay, y eso que el mes pasado murieron dos personas ahogadas.

No existe ninguna ley nacional que obligue a tener socorristas en playas, pantanos o ríos. Suele quedar en manos de los ayuntamientos, y algunos se los ahorran. El teniente de alcalde de San Martín de Valdeiglesias, Madrid, asegura que "es imposible dar cobertura a todas las calas, hay muchísima cala, mucha zona de acceso peatonal...". En Galicia, uno se encuentra otros problemas con los socorristas.

Esto es, no hay suficientes candidatos y las plazas no se cubren. Las condiciones no son atractivas. "Son contratos de tres meses, esto es muy poco tiempo. Por lo que si tienen otras oportunidades, consiguen trabajos de mejores oportunidades", ha justificado el alcalde de Bueu, en Pontevedra, Féxil Juncal. Por su parte, la presidente de la Federación de Salvamento y Socorrismo de Galicia, Nuria Rodríguez, explica que "hay algunos sitios que van a Sudamérica a formar gente para traerlas a trabajar aquí para paliar el déficit".

Otra de las razones que explica el problema de los socorristas es que la formación es escasa en algunas zonas, donde se exige poca formación. Ana Domínguez, portavoz de la Federación Española de Socorrismo, dice que "las diferencias entre unas comunidades y otras son abismales. Con 20 horas puedes ser socorrista e incluso hay cursos online donde no necesitas ni saber nadar".

Y por último, nuestro mal endémico: muchos bañistas no hacen caso de las advertencias de los socorristas. "La gente se va a la boya, se ponen a hacer lo que ellos quieren y desoyen todo lo que dicen los socorristas", ha detallado Juanjo ruiz, jefe de playas de Malvarrosa, en Valencia. Sólo en las últimas 24 horas han muerto cuatro personas en las playas españolas, la mayoría de los ahogados, un 40%, son mayores de 60 años.