En plena Gran Vía de Madrid, el Instituto Cervantes esconde una cámara acorazada que alberga 1.768 pequeñas cajas fuertes que hace un siglo albergaron los tesoros más preciados de los madrileños.

Actualmente sólo una veintena tienen dueño. Se trata de personalidades destacadas del mundo de la cultura, que han dejado ahí su legado con fecha de apertura incluida.

El Instituto Cervantes era un banco antiguamente. Gracias a la semana de la arquitectura, miles de personas pueden acceder a este histórico edificio para contemplar su belleza y descubrir sus secretos.

Pero no solo se puede visitar ese edificio, también se puede acudir a edificios que habitualmente están cerrados al gran público. Por ejemplo se pueden descubrir joyas como el edificio Torre de Madrid, que con 144 metros, fue hasta 1967 el más alto de Europa.

Hoy esconde más de 170 pisos de lujo con impresionantes vistas perfectas para descubrir tesoros en segunda fila como la única Iglesia en Pleno Paseo de la Castellana. Es protestante y alemana todo un escándalo en 1909 que se escondió de miradas indiscretas.

Normalmente sólo 50 fieles asisten allí a misa, pero ahora cualquiera puede disfrutar de sus impresionantes frescos en un oasis de tranquilidad en pleno bullicio madrileño.