Antonio Martín Marugán, el interventor del tren siniestrado el pasado 24 de julio en Santiago de Compostela, ha abandonado el Juzgado de Instrucción número tres tras casi dos horas en su interior.
Lo ha hecho escoltado por los agentes, que lo han acompañado hasta su vehículo particular y, ante la avalancha de periodistas y fotógrafos, los efectivos han rogado: "Déjennos paso por favor, tiene una costilla rota". Un acompañante esperaba a Marugán en su turismo, estacionado a unos 50 metros de las dependencias judiciales.
El interventor había reconocido a su llegada ante la prensa que llamó por teléfono al maquinista, pero que "al salir del tren llevaba el móvil en el bolsillo". Hizo estas declaraciones a las puertas de los Juzgados de Santiago de Compostela, donde ha sido citado para declarar como testigo ante el juez Luis Aláez que investiga el trágico accidente en el que murieron 79 personas.
El interventor ha reconocido a los periodistas que se encontraban a las puertas del Juzgado que había hecho una llamada al maquinista Francisco José Garzón Amo pero que al salir del convoy, tras el accidente, llevaba el móvil en el bolsillo.
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