Una residencia de lujo cerca de Astorga es el nada humilde chalet del contable de dios, una construcción premiada incluso con un galardón de arquitectura. Poco que ver con la iglesia pobre que predica el papa Francisco.
El que llegaría nada menos que a llevar las riendas de las cuentas de El Vaticano lo aprendió en Astorga. Fue nombrado en 1987 ecónomo del poderoso obispado. A él se le atribuye la inmatriculación de numerosos terrenos y propiedades a nombre de la Iglesia. Una promoción de adosados era antes una parcela con una casa para uso del cura, todo cedido por los vecinos. La iglesia lo puso a su nombre y ellos, no pudieron hacer nada. Las escrituras no aparecían por ningún lado.
Adolfo Cabero, vecino afectado, explica que "desaparecieron las escrituras que teníamos, ellos se quedaron con la casa y la finca, lo han vendido y nos quedamos sin nada".
Por actuaciones como estas, a muchos vecinos de Astorga no les ha sorprendido que Monseñor Vallejo Balda, del Opus Dei, se haya destapado como un nuevo cuervo del Vaticano.
Gracias a Benedicto XVI, pasó de Astorga a la Santa Sede. Un salto de poder que vio mermado el año pasado. Tras la pérdida de confianza de Francisco, la puntilla llegó con esto: una fiesta eclesiástica en la que usó como cáliz un vaso de cátering. Nada de esto gustó al Papa, al que el cuervo ha acabado traicionando con un segundo Vatileaks, la supuesta filtración de documentos, que le ha llevado al calabozo.
SEÑALADO POR SUS VECINOS EN ASTORGA