Durante 11 días el Circuit Festival ha atraído a Barcelona a miles de gays de todo el mundo. En los días que ha durado el festival se ha llegado albergar a más de 70.000 personas en un ambiente festivo y para muchos de libertad.

En 70 países la homosexualidad es castigada con multas, prisión o hasta pena de muerte. Por eso éste festival se convierte también en un espacio de libertad, donde personas venidas de países como Irán o Rusia, pueden vivir con normalidad su sexualidad o el cariño con sus parejas.

Aunque todavía persisten actitudes homófobas, las leyes y la visibilización del colectivo LGTB hacen de España un país atractivo para quienes buscan asilo por su condición sexual. "Decidimos que este país sería mejor para nosotras, nuestro futuro y nuestros hijos" explica un chica que ha aisistido la festival.

Un 10% de asistentes al Circuit provienen de países donde la homosexualidad está penada en diferentes grados. Pasear con sus parejas, o darse un beso, supone riesgo de multa, cárcel o pena de muerte. Un 10% de las peticiones de asilo en Cataluña son de personas del colectivo homosexual en el mundo.