José María mantiene los recuerdos intactos, igual que en las navidades de 2008, la última vez que estuvo junto a su hijo. Días después, su exmujer lo secuestró y se lo llevó a Japón, su país de origen. Desde entonces no sabe nada de él. Han pasado cinco años batallando, luchando y llamando a todas las puertas. Le ha costado incluso pasar 23 días en una cárcel del país nipón.

Su paciencia se agota, igual que la de Jacobo. Desde marzo lleva sin ver a sus dos pequeños. No puede hablar con ellos y no sabe dónde están: "No estoy peleando por un coche, una tele o una hipoteca, estoy peleando por mis hijos".

También él tiene la custodia y la Justicia en España le ha dado la razón. Pero en Japón, aunque ya ha firmado, aún no se aplica el convenio de La Haya, un convenio de colaboración entre países en casos de sustracción internacional de menores.

"Probablemente no reconocerán una resolución española que otorgue derechos de visita al progenitor no custodio", señala Flora Calvo, profesora de Derecho Internacional. "No hay ningún marco legal que en Japón proteja al padre no custodio de que el otro progenitor le prive de todo contacto con sus hijos", señala Juan José Eslava. Eso temía Juanjo, no volver a verlos, cuando tuvo que entregar, obligado por un juez de Pamplona, a sus dos hijos a su madre, también japonesa.

Desde el Ministerio de Exteriores aseguran que su margen de actuación es limitado, pero ellos podrían tener la llave. "La única solución es intentar una mediación, tanto por parte de los gobiernos, como por parte de algún mediador privado", en opinión de Flora Calvo. Para no condenar a estos padres e hijos a ser absolutos desconocidos en un futuro.