Once personas se suicidan cada día en España y 220 lo intentan. Son datos expuestos este viernes en el Senado por un panel de expertos en unas jornadas que han evidenciado que la curva de suicidio no consigue doblegarse, sigue al alza con unas cifras dramáticas, casi 4.000 fallecimientos en 2020.
Las jornadas, organizadas por la asociación La Barandilla, ha convocado a expertos y a supervivientes entendiendo que estos no son sólo quienes han sobrevivido al intento de suicidio también los familiares en duelo, y ellos han constatado que el suicido es "prevenible pero no predecible" por lo que hay que estar atentos a las señales de alarma, aunque parezcan manipuladoras, para poder intervenir.
El psiquiatra y autor de "La prevención del suicidio en la vida diaria" Alejandro Rocamora apela a "tomar en serio" cualquier conducta suicida porque toda ideación suicida es "digna de consideración, también la de quienes para conseguir algo amenazan con su vida". Sostiene este especialista que hay que ampliar la visión y buscar la raíz porque a veces se confunde el factor desencadenante con el causal.
Y además hay que posibilitar la verbalización de la ideación suicida porque, según Rocamora, la única posibilidad de saber "si mi hijo, mi marido, mi mujer, mi novio o mi amante tiene ideas suicidas es preguntando" aunque, admite, hay que saber preguntar.
Rocamora explica que cuando se ve un cambio significativo en el comportamiento de alguien, hay que preguntar porque no solo interesa conocer si esa persona tiene ideas suicidas también hay que saber si hay intencionalidad de muerte porque eso es mucho más grave.
Y si es importante preguntar, este psiquiatra también pide que se reconozca el sufrimiento desbordante de la persona que tiene ideas suicidas, y no se les descalifique ni se moralice. Muchas personas antes de llevar a cabo el suicidio llaman a sus seres más queridos y lo hacen por el alto sufrimiento que padecen, "morir así es contranatura", señala. Es en ese momento clave cuando entrarían en valor los teléfonos contra el suicidio.
La asociación La Barandilla puso en marcha el primero hace cuatro años (911 385 385) y en este tiempo recogió 6.000 llamadas evitando muchas tentativas.
Sin fecha para el teléfono oficial 024
En declaraciones a Efe, la presidenta de la asociación La Barandilla, Ana Lancho, ha criticado que el teléfono contra el suicidio (024) del Gobierno, que debería estar activo en mayo no tenga aún fecha de entrada en funcionamiento.
Lancho explica que este servicio gratuito y accesible en todo el territorio nacional lo llevará Cruz Roja pero la responsable del 024 en este organismo (Fátima Caballero) no ha venido a la jornada para informar sobre la nueva línea oficial pese a la invitación reiterada de los organizadores, lo que les hace pensar que el servicio se demora.
La presidenta de La Barandilla lamenta el "misterio" que rodea a este teléfono oficial y añade que lo único que conocen es que Sanidad destinó dos millones de euros para el funcionamiento de la línea, que funcionará las 24 horas del día.
"Hay mucha necesidad de hablar de suicidio"
Emi Caídas perdió a su hijo hace once años, el 15 de mayo de 2011, cuando la información sobre el suicidio, dice, era "nula o pésima". "Hay mucha necesidad de hablar de suicidio", asegura esta superviviente.
"Lo que me vino bien a mí es hablar, no esconderme, no tengo que ocultar que mi hijo se suicidó, ni es más valiente ni más cobarde que nadie". Caídas contactó con grupos de supervivientes porque "te escuchan y no te juzgan, saben el proceso por el que estás pasando".
Esta superviviente lamenta que no se hayan articulado protocolos contra el suicidio como se hace en los accidentes de tráfico y pide a los políticos que peleen para que haya un plan nacional de prevención, "urgente y necesario".
Otro superviviente en duelo es Francisco Carcavilla, que hoy forma parte de la asociación Abrazo, de Navarra. Francisco perdió a su hijo Mario en 2020, fue una muerte incomprensible: "Mi hijo no tenía problemas de salud mental, murió por su propio silencio, llevaba un tiempo sufriendo y no dijo nada, su vida era aparentemente normal pero llenó su mochila de piedras y no pudo más".
Carcavilla advierte de que, en España, entre 80.000 y 100.000 personas intentan quitarse la vida cada año e insiste en que el suicidio es prevenible y hay que actuar en la educación, desde las primeras etapas de la vida.
La pandemia ayudó a visibilizarlo
El psiquiatra y presidente de la Fundación Española de Patología Dual "Suicidio y Salud mental", Néstor Szerman, no ve claro que haya un vínculo entre suicidio y pandemia pero sí admite que la crisis sanitaria visibilizó el tema y urgió a poner en marcha la estrategia de salud mental.
Según este experto, la cifra de suicidios ronda desde 2018 los 4.000 al año con una preocupación excepcional en estos momentos por el aumento de suicidios y tentativas en adolescentes. Para Szerman, el suicidio es un problema del funcionamiento mental, que debe ser abordado desde el punto de vista "biológico, psicológico y social, por ese orden".
Y lamenta que pese a los grandes avances que ha habido en las últimas décadas en la medicina, esas mejoras no se han visto reflejadas en el ámbito del suicidio, lo que considera "un gran fracaso" porque la curva no se doblega, "nos está doblegando a nosotros".