Ofelia adoptó a su hijo de origen filipino hace varios años. Según la ley tiene la nacionalidad española a todos los efectos. Sin embargo, no puede jugar a fútbol porque le solicitan mucha más documentación por ser de origen extranjero.
El caso del hijo de Ofelia se repite en toda España, con los niños adoptados que han nacido en otro país. Ocurre desde que la FIFA aprobó una nueva normativa para proteger a los menores extranjeros e impedir el tráfico de jugadores.
La FIFA ahora exige un documento firmado por los padres del jugador explicando las razones por las cuales el niño se ha mudado a España, contrato de trabajo del padre y de la madre, documentación de sustento económico y un largo etc. Mientras, a los niños españoles les basta con una fotocopia del DNI.
El conflicto ha surgido porque a los adoptados se les exige lo mismo que a los inmigrantes. "Muchos niños no lo entienden, y lloran porque no pueden acudir a entrenar", explica Carmen Galán, diputada de BNG en el Parlamento gallego.
Desde la Federación gallega aseguran que han pedido una solución a la Federación Española y a la FIFA, pero todavía no la han recibido.
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