Claudia tiene 11 años y sufre una parálisis cerebral con tetraplejia reconocida con el grado de dependencia máximo. Sin embargo, es la segunda vez que le reducen la prestación. El pasado noviembre recibió una carta comunicándole el recorte pero, lo que más indignó a Fernando, el padre de Claudia, es la casilla de que sí lo acepta ya marcada.

Fernando asegura que tampoco le han aclarado de dónde se han sacado este último recorte. Con la reforma de la ley de dependencia ya le habían quitado casi 100 euros, y ahora sin ningún tipo de aviso previo le restan otros 50 amparándose en la misma reforma de julio de 2012. Por eso el padre de Claudia acusa a la Generalitat de fraude.

Por su parte, la Consellería asegura que se debe a la unificación de los grados de dependencia, un recorte aprobado y legal pero que hasta ahora no se le había aplicado. En cuanto a la casilla de la discordia, simplemente aclaran que viene por defecto porque si no se está de acuerdo no se devuelve firmado.

Fernando, de momento, ya ha presentado una carta de rechazo. Pero ha sido avisado de que no existen opciones y, si no lo acepta, podría perder todas las ayudas.