¿Por qué el líder del PP lleva semanas compitiendo con la extrema derecha de Vox en su discurso? Pablo Casado está aumentando sus ataques en una semana en la que los populares se juegan mucho, se la juegan en las elecciones en Castilla y León.

El PP sigue sin reconocer que ha sido un error humano a pesar de que a esta hora no hay ninguna prueba de sus acusaciones. Pero lo cierto es que Alberto Casero se equivocó en su votación telemática de la reforma laboral. Y no se equivocó una vez, sino hasta en tres ocasiones, votando en contra de lo dictado por su partido.

Mientras, Pablo Casado sigue hablando de Venezuela, Nicaragua o Cuba. "Esto no ha pasado en Caracas, en Managua o en La Habana, ha pasado en el Parlamento de España, un parlamento serio, con dos esculturas de los Reyes Católicos, que ha dado los mejores años de democracia y de Constitución, que no merece este atropello democrático y la vulneración de la de los representantes de la soberanía nacional y que no merece a este Gobierno". "Por eso iremos hasta el final ante el Tribunal Constitucional y a reclamar responsabilidades por posible prevaricación a la presidenta en mandato de Sánchez", decía este fin de semana en campaña. También lanzaba reproches al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusaba de convertirse en el "duque de Maduro" y "comisionista" que "hace negocios con un tirano": "¡Váyase a Venezuela ya!”. "¡Qué personaje más nefasto por dios!", añadía.

El argumentario del PP, como Vox

Desde el pasado jueves el PP ha repetido varios argumentos y acusaciones para defender que la reforma laboral nace de forma "ilegítima". Pero lo cierto es que sus argumentos no se sostienen.

En primer lugar insisten que en que el voto a favor de la reforma laboral que emitió su diputado Alberto Casero se debió a un error informático, y no a un error humano. Una versión en la que insistía repetidamente la portavoz del PP Cuca Gamarra, primero a voces desde el propio hemiciclo y luego en rueda de prensa.

¿Pero qué dice el propio implicado? En su escrito remitido a la presidenta del Congreso ese mismo día, Casero habla de lo que parece un fallo en el sistema, aunque sólo unas horas después el popular Javier Maroto cambiaba su versión en Al Rojo Vivo. Maroto era menos rotundo, quitaba el foco del presunto error informático y prefería acusar a la presidenta Batet de mentir.

Además, hay que recordar que ese mismo día, el diputado Casero votó hasta en tres ocasiones de manera diferente a su partido, así que ese error informático se habría repetido demasiadas veces. Algo a lo que si se le suma la doble confirmación de voto que exige la votación telemática, resulta increíble.

En su otro argumento, el PP acusa de mala praxis a la presidenta del Congreso. Sostiene que el diputado se dio cuenta de su error y se fue al Congreso de los Diputados para intentar arreglarlo, pero dicen que no lo dejaron entrar. Así lo aseguraba Gamarra hasta en tres ocasiones. Sin embargo, las imágenes les corrigen. El diputado popular entró y se sentó entre las filas del PP justo después de las votaciones porque es lo que marca el reglamento, ya que él ya había emitido su voto de forma telemática. Pero en ningún momento se le habrían cerrado las puertas.

Un argumento más en el que se apoyan en el PP es la comprobación del voto telemático. Diferentes miembros del PP aseguraban que se incumplió el reglamento porque el mismo marca que el voto telemático tiene que ser comprobado personalmente telefónicamente. Así lo defendía públicamente el diputado González Terol: "Hemos intentado que la mesa llamase al diputado telefónicamente para comprobar el sentido de su voto, tal y como recoge el reglamento, y Batet se ha negado. Se han vulnerado los derechos fundamentales del diputado que claramente ha indicado que su voto a la reforma laboral era no". Pero este argumento también se cae. Con la pandemia y la extensión del voto telemático esto cambió. En las resoluciones de 2020 y 2021 suprimieron la necesidad de llamar al diputado por teléfono para comprobar la emisión y el sentido de su voto. En su lugar, se estableció un sistema de doble comprobación, de tal forma que, una vez emitido el voto, aparece una segunda pantalla que solicita la comprobación del sentido del voto antes de finalizar. Y especificaban: llegados a este punto la votación ha concluido y ya no se podrá cambiar el sentido del voto.