La exvicepresidenta del Gobierno y candidata a la Presidencia del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha desvinculado de la baja cifra de inscripción de militantes para votar en la carrera sucesoria en relación con el censo de 800.000 afiliados que se ha manejado durante años y ha recordado que son otros candidatos, María Dolores de Cospedal y Pablo Casado, los que estaban en la dirección del partido.

Tras conocerse que apenas un 8% de afiliados han participado para votar al próximo líder de los 'populares', Santamaría ha subrayado, en los pasillos del Congreso, la necesidad de hacer una análisis de la situación y proponer cuestiones para el futuro.

En concreto, ve necesario "ampliar y actualizar" la base del PP y, para ello, ha propuesto que de ahora en adelante los afiliados aporten según sus capacidades. Así, plantea que los pensionistas y las personas sin empleo paguen una cuota "simbólica" de un euro para que puedan "ponerse al día"; los jóvenes, una reducida; y los que trabajan, "la que corresponda".

Preguntada sobre si las cifras de afiliados que hasta ahora se conocían del partido estaban hinchadas, la diputada 'popular' ha dicho desconocerlo y ha remarcado que ella no estaba en el aparato del partido. "Quizá esa pregunta pueda contestarla Cospedal o Casado, que sí estaban allí", ha comentado.

Ante las dudas sobre la legitimidad del proceso, dado el bajo porcentaje de inscritos que van a participar en la votación, Santamaría ha señalado que conviene contrastar las cifras de estas primarias con las de otros partidos, entre los que ha citado Ciudadanos, donde su líder, Albert Rivera, salió elegido con menos de 6.000 votos y "nadie ha dudado de su legitimación".

"Por tanto, no creo que sea una cuestión de legitimación, sino que de ahora en adelante tendremos que trabajar para quien quiera afiliarse al partido pueda hacerlo sin que la cuota sea un obstáculo porque tenga otras necesidades económicas", ha concluido.