El interés de la investigación está motivado por dos hechos. Por un lado, la noticia de que el extesorero acudió en diciembre a un notario para dejar constancia de que él y Álvaro Lapuerta habían sido los gestores de una cuenta de donativos en el partido.
El segundo hecho se sitúa en el 25 de febrero, cuando Bárcenas lo reconoció ante Ruz y, además, presentó un documento que parecía probarlo.
Esta investigación se nutre también de las múltiples denuncias presentadas en distintos juzgados y, por ello, la Fiscalía Anticorrupción cree que se debería centralizar en la Audiencia Nacional.
Además, a este culebrón se sumó un nuevo capítulo con la denuncia de Bárcenas al PP y a su abogado, en la que les acusa de robarle dos ordenadores que tenía en su despacho de la sede del partido.
Él sí ha acudido a la justicia y dos veces en una semana, pero los populares, que lo anunciaron por activa y por pasiva, todavía no lo han hecho.
Surgen voces discrodantes, incluso desde dentro del partido y sólo María Dolores de Cospedal presentó una querella a título personal. Mariano Rajoy ha decidido no ejercitar acciones individuales y, según el Gobierno, se sumará a una hipotética acción conjunta.