Un mes después de las polémicas imágenes en las que un grupo de hosteleros le increpaba por estar fumando y comiendo en el interior de un restaurante, Miguel Ángel Revilla, que en su momento dijo que el puro no era suyo, reconoce ahora que sí lo era.
Así se ha pronunciado el presidente cántabro en la Asamblea autonómica. "Es cierto que he mentido", ha confesado. Aunque lo justifica porque "me sometieron a una presión en un momento determinado que ya no sabía ni lo que decía; no por mí, por los que me acompañaban, porque el bochorno fue terrible".
"El puro era mío, pero el puro yo lo llevaba encendido por la calle, como lo dejo aquí a veces", ha seguido explicando en la Cámara. "Ahí sí que mentí, porque es que ya no sabía ni lo que decía. Yo estaba acosado por cinco o seis personas que me soplaban al oído y por la vergüenza de dos señores que vienen a invertir y se ven acosados de esa manera. Sentí verdadero bochorno", se ha excusado.
Sobre el local de la comida, Revilla ha insistido en que la reunión se desarrolló en "una semi-terraza", abierta en la parte superior con un toldo. Aunque desconoce si tenía licencia o no, algo también criticado por los hosteleros. Señala no obstante que él no realizó la reserva de mesa y que "jamás" se ha cuestionado si un local al que va tiene o no licencia, aunque cree que en caso de ser así estaría "muy mal hecho".