Una de las claves por las que Luis Bárcenas fue enviado a prisión tuvo lugar el pasado 18 de junio, cuando el extesorero se reunió en un restaurante de Madrid con un banquero ruso llamado Grigori, reunión que hizo que saltaran las alarmas de la policía.

Esta fue la segunda cita en menos de 24 horas, ya que el día anterior hubo otra cena, en esta ocasión con la presencia de Luis Fraga, sobrino del expresidente de la Xunta, y otro exsenador popular.

Los agentes que se encontraban de incógnito consiguieron escuchar que el banquero ruso estaba ayudando a Bárcenas a desviar el dinero que aún ocultaba en Suiza hacia varios paraísos fiscales.

Esa cantidad de dinero ascendía a 40 millones de euros, una información que publica el diario El Mundo y que forma parte del informe que la UDEF remitió a Pablo Ruz el pasado lunes.

También La Vanguardia se hace eco y destaca varias conclusiones del mismo. Una de ellas es que Bárcenas es el cabecilla e ideólogo de una compleja trama para desviar dinero negro a paraísos fiscales. Con él colaboran otras dos familias, los Yáñez y los Sanchís, todos relacionados en el pasado con el PP y Alianza Popular.

En su última declaración ante el juez Ruz, Luis Bárcenas reconoció seguir manteniendo el control de sus cuentas en el país alpino, algo que puso nervioso al juez, mientras al mismo tiempo el extesorero obstaculizaba la investigación.