Correa y sus hombres sabían bien que había gente del PP a la que tenían que mimar con especial cuidado. Viajes de lujo, joyas o dinero en efectivo para un exclusivo grupo de políticos o, como se refiere a ellos la policía: los PEP’S.
La Gürtel, por ejemplo, se hizo cargo de la factura de cuatro noches en un hotel de Madrid en favor de Francisco Camps, por un montante superior a los 1.000 euros.
La Policía establece una conexión directa entre algunos de esos regalos y contrapartidas políticas. Por ejemplo, viaje a Cancún por medio millón de pesetas a un alto cargo del Ayuntamiento de Madrid. La UDEF señala que Guillermo Pariente disfrutó de unos días en la playa a cambio de que la empresa de Correa organizara el día sin coches en la capital.
Viajes hubo de todo tipo. Exóticos, como la luna de miel a Kenia que le regalaron a un alto cargo de la consejería de Sanidad. O familiares, como la escapada a Eurodisney para el diputado nacional Juan José Matarí. Pero alguna de las acusaciones echa en falta, por ejemplo, las atenciones que Correa y los suyos tuvieron con Ana Mato, o con la familia Aznar.
Hoy Cascos se ha defendido después de que la Policía lo considere el principal receptor de regalos.