El mensaje de Rajoy ha dejado a todo el mundo descolocado. "En la próxima legislatura habrá que hacer otras cosas, no me niego a hablar de una reforma de la Constitución", ha declarado.
Abrir la puerta a una reforma constitucional, suena mucho al mensaje de Pablo Iglesias, que ha pedido reiteradamente "abrir el candado de la Constitución del 78 y que podamos discutir de todo".

El fondo es el mismo, pero el contenido de la propuesta, muy diferente. Mientras Iglesias hablaba de una regeneración constitucional, Rajoy parece tener un objetivo concreto: "No van a acabar contentos los independentistas catalanes con la reforma de la Constitución Española que se pueda hacer en las Cortes".

La propuesta ha puesto en alerta a todos los partidos. Unos creen que tiene motivos electoralistas. "Es una nueva mentira, una nueva artimaña", ha espetado Isabel Rodríguez, portavoz adjunta del PSOE en el Congreso.

Otros temen que la reforma quiera dar más competencias al estado. Josep Antoni Durán i LLeida, ha opinado: "No sé si se quiere racionalizar o recentralizar el Estado Autonómico, que son dos cosas muy distintas".
Lo curioso es que hace menos de un año, tocar la Constitución, como proponía Podemos, al PP no le gustaba tanto.

"Si hay alguien que quiere liquidar eso y tirarlo por la borda, supongo que será por desconocimiento, no tiene ningún sentido", dijo el Presidente del Gobierno. María Dolores de Cospedal, lo calificó como "oportunismos y ocurrencias y demagogias", ambos en noviembre de 2014.

Entonces, ¿por qué antes no y ahora si?. Es intentar dar una solución jurídica a un problema que es político. La respuesta, para algunos expertos hay que buscarlas en Cataluña y en lo cerca que están las elecciones.