Se tapa la cara con el abrigo para no ser captado por las cámaras. Es Francisco Marco, el director de Método 3. Y éste es el momento en el que la Policía lo lleva a la sede de la agencia para registrarla. Entran con cajas, porque buscan los informes de espionaje que supuestamente estos detectives hicieron a políticos, jueces y empresarios.
Francisco Marco es uno de los cuatro detenidos acusados de haber grabado la conversación entre Alicia Sánchez Camacho y la ex novia de Jordi Pujol Hijo. También están detenidos Elisenda Villena, jefa de operaciones de la agencia y otros dos detectives: Julián Peribáñez y Álex Borreguero. Ellos son quienes han confesado a la Policía que hicieron la grabación de la líder popular por orden de su jefe e incluso han asegurado que Sánchez Camacho lo sabía.
Ellos culpan a su jefe y su jefe, a ellos. En una entrevista, Marco asegura que su agencia no hizo esa grabación y que sus detectives le están tendiendo una trampa. Este caso, cómo no, también tiene su correspondiente enfrentamiento político. Esta vez, a cuenta de quién tiene que investigar. El Gobierno argumenta que este caso no afecta sólo a Cataluña y la Generalitat, por si en Madrid no se dan por aludidos, ya ha anunciado su propia comisión de investigación.