Iglesias, que ha accedido por primera vez al salón de plenos de la Cámara baja desde que es candidato a la Moncloa ha accedido a sentarse en el banco azul, el reservado a los miembros del Gobierno.

Con gesto sonriente, el secretario general de Podemos ha posado para los informadores gráficos que se han agolpado para inmortalizar el momento al que aspira el propio Iglesias, ocupar el escaño del jefe del Ejecutivo tras las elecciones del 20 de diciembre.

El público que había en el hemiciclo se ha dividido y, en una imagen insólita, unos han comenzado a aplaudir y a llamarlo ¡presidente! y otros a abuchearlo y a decirle que se marchara con gritos de "¡fuera, fuera!".

Curiosamente, el líder de Podemos se ha confundido inicialmente de escaño, ya que se ha dirigido al asiento que actualmente ocupa Mariano Rajoy, a la derecha de la Presidencia del Congreso, cuando como marca la tradición tendría que haberlo hecho a su izquierda, toda vez que su partido es de esta tendencia ideológica.

"Sería un honor estar sentado aquí con mis ministros y ministras. Será un Gobierno paritario en el que haya el mismo número de mujeres y hombres y podremos ayudar mucho a que nuestro país sea mejor y el Gobierno de nuestro país se parezca a España", ha proclamado.

Sin levantarse del escaño, el líder de Podemos ha añadido que aspira a ser un presidente del Gobierno accesible, con el que se pueda hablar, que dé la cara, que acuda a los debates y que dé ruedas de prensa.

En declaraciones a los periodistas en el propio hemiciclo -algo también insólito en los usos parlamentarios- Iglesias ha asegurado que "por desgracia" el Congreso cada vez se parece menos a España, por lo que ha abogado por acercarlo a los ciudadanos.

Al entrar en el salón de plenos ha confesado que ha sentido "curiosidad" y la sensación de que será un lugar en que tendrá que trabajar a diario a partir de enero.

Preguntado si ya ha visto los tiros de Tejero, ha recordado que el número dos de Podemos por Cádiz, Juan Antonio Delgado, es guardia civil, y llegará al Congreso elegido por los ciudadanos "y no con una pistola" y tapará "simbólicamente" esos disparos que "forman parte de la historia" y revelan lo mucho que ha cambiado España.

Minutos después, el presidente del Congreso, Jesús Posada, se ha referido al episodio nunca visto de Pablo Iglesias sentado en el escaño de presidente, y abucheado y aplaudido por el público, algo no autorizado para los visitantes.

"Me lo han contado y creo que ha habido algún incidente. Son cosas que pasan, el Congreso es así, todo mezclado", ha afirmado. Posada confía en que con la segunda visita esperada de la jornada, la del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, "las cosas vayan bien".

Previamente, Iglesias ya había tenido un tenso debate sobre corrupción con la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, con la que ha coincido en el mismo hemiciclo.