El tanque de agua que prevén utilizar los Mossos d'Esquadra para lanzar chorros a presión para dispersar los disturbios alcanza una distancia de unos 60 metros y tiene una capacidad de 3.500 litros.

La plataforma de agua fue comprada en 1994. Desde entonces jamás ha sido utilizada por la policía y ahora ha sido revisada para actualizarla por una empresa sin que haya tenido ningún coste adicional para el departamento de Interior, han indicado las mismas fuentes.

Según ha anunciado el director de los Mossos, Manel Prat, en la comisión de estudio de los modelos de orden público y las pelotas de goma del Parlament, esta plataforma estará operativa en aproximadamente un mes, cuando los agentes se hayan formado en su manejo.

Prat ha reconocido que el cañón de agua no es un método "menos lesivo" que las pelotas de goma y puede provocar heridas. 

Una opinión que han compartido el portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José María Benito; el secretario general de la Confederación Española de Policía (CEP), Ignacio López, y el portavoz de la Unión Federal de Policía (UFP), Serafín Giraldo. 

Benito ha recordado que los cañones de agua se utilizaron en la época franquista y, de hecho, ya sólo pueden verse los camiones destinados a este fin en algún museo. Por su parte, Ignacio López no se ha mostrado partidario del uso de camiones con cañones de agua porque "pueden acarrear lesiones" y además se dejaron de usar hace años porque se constató su ineficacia debido a su tamaño, carga y movilidad, y ahora están "aparcados". Además, en su opinión, "puede ser un motivo de provocación y de una mayor crispación entre los manifestantes". 

Desde la Unión Federal de Policía (UFP), su portavoz, Serafín Giraldo, ha incidido en que la proyección de chorros de agua a escasa distancia es "un método muy lesivo que puede provocar grandes daños" a los manifestantes.