Ocultos en azoteas, con trajes de camuflaje, los tiradores de élite controlan ya las ventanas y balcones del recorrido de la comitiva real. Con rifles de precisión y aparatos para conocer la dirección del viento, velan por la seguridad de los nuevos reyes durante los actos de proclamación.
Los guías caninos también velan por la seguridad del acontecimiento. Buscan explosivos o cualquier artefacto sospechoso, revisando los bajos de los coches. Seguridad también en el Palacio de Oriente, donde el equipo de Subsuelo revisaba palmo a palmo las alcantarillas y túneles subterráneos del casco antiguo de Madrid. 4.000 agentes convertirán durante estos días Madrid en una ciudad blindada.