Rosalía Iglesias consiguió lo que ni el presidente del Banco Santander o el mismísimo yerno del rey pudieron esquivar: entrar en la Audiencia Nacional por el garaje, sin tener que sufrir ni las preguntas de la prensa ni los abucheos de la calle. Un privilegio que, entonces, nadie sabía quién autorizó.

Hoy conocemos que fue el propio Gobierno quien permitió este trato de favor. Hace un año el diputado socialista Trevín Lombán lo denunciaba en el Congreso: "La esposa del extesorero del PP llegó con su coche particular, algo absolutamente inusual en los imputados que comparecen en la Audiencia Nacional".

El Gobierno respondió que lo hizo por seguridad y que el caso de Rosalía Iglesias no era una excepción: "Obedece a criterios de seguridad debidamente valorados. Es un procedimiento que se ha activado en numerosas ocasiones".

Un año después Trevín Lombán tiene claro que "el Gobierno mintió. Se demuestra la influencia de Bárcenas para imponer determinadas decisiones".

Según publica el diario 'El Mundo', Bárcenas le pidió este favor al propio presidente del Gobierno. Nadie informó al presidente de la Audiencia ni al juez instructor, que ha elaborado a posteriori un protocolo por el cual ningún imputado puede acogerse a este privilegio sin su autorización.

Sorprende que la esposa de Bárcenas evitara el incómodo paseíllo que ni banqueros, ni políticos ni jueces pueden sortear.