El consejero de Interior de la Generalitat, Ramon Espadaler, ha admitido una "evidente mala praxis" en la actuación de los Mossos d'Esquadra en la detención en el barrio del Raval del empresario del Gaixample Juan Andrés Benítez, que murió en el hospital poco después de ser arrestado, si se confirma el informe del Cuerpo Nacional de Policía (CNP).

Lo ha afirmado este miércoles en una entrevista de Catalunya Ràdio recogida por Europa Press después de que se haya hecho público un informe de la Policía Nacional, que concluye que algunos agentes dieron puñetazos y patadas al empresario cuando ya se encontraba inmovilizado en el suelo: "Si esto es así, ésta es una evidente mala praxis policial".

Espadaler ha considerado "grave" que se siguiera golpeando a Benítez una vez reducido, aunque ha dicho que no sabe si lo que ocurrió luego -en referencia a la muerte del empresario- es imputable a la actuación de los agentes en la detención.

Ha afirmado que este informe supone "un punto de certeza que marca aparentemente una inflexión", y ha dicho que, si realmente ha habido una mala práctica de la policía catalana, la Consejería de Interior actuará en consecuencia.

Aun así, ha destacado que se tomarán las decisiones adecuadas una vez leído "con atención y cuidado el informe" y visionado bien las imágenes y, si cabe, se abrirá una información reservada interna que puede tener derivadas disciplinarias.

Espadaler también ha pedido "no elevar a categoría este hecho lamentable" ya que, si se confirma, las malas prácticas de la policía catalana no se pueden generalizar, y ha declarado que, para esclarecer los hechos, la Consejería trabajará con rigor y garantías.

Sobre las presuntas presiones de agentes de la policía catalana a vecinos para que borraran las fotografías de los hechos la madrugada del 5 al 6 de octubre, el consejero ha afirmado que no le consta.

En el informe de la Policía, se refleja la denuncia de una testigo de la detención del empresario porque supuestamente miembros de los Mossos la visitaron esa misma noche para que destruyera las imágenes que había tomado.

También recoge una llamada telefónica que Benítez hizo a la Guardia Urbana después de pelearse con un vecino, lo que podría apuntar a que la trifulca ya había acabado cuando llegaron los Mossos, y que el empresario estaba perfectamente consciente para hacer esa llamada.