"Que no, que no, que no nos representan", hace cuatro años era el lema que mejor defenía el sentir de gran parte de la ciudadanía. Desde el comienzo de la crisis, hay indicadores que demuestran que la gente no cree en la clase política. "La confianza en las instituciones ha bajado muchísimo, no sólo en las instituciones políticas, los sindicatos, las asosiaciones empresariales,los medios de comunicación, etc", afirma Ignacio Sánchez Cuenca, profesor de política de la Universidad Carlos III.

En un año como este, con varias citas electorales parece que esas tendencias empiezan a cambiar. "Hoy en día, hay una gran atención a las propuestas, a las dinámica política y está demostrando que a la sociedad española le importa la política", asegura Benigno Pendás, Dtor. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

La desafección política es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, porque a través de las urnas no percibimos tener resultados. "Los ciudadanos se encuentran impotentes porque saben que elijan lo que elijan las decisiones últimas no dependen de sus represantes, sino, de otras instancias". Este año puede cambiar esta perfección, aunque, los expertos en política creen que estamos ante un espejismo.

Para evitarlo insisten, hacen falta representantes formados y sobre todo con intereses equiparables a los de los ciudadanos.