“Aquí abría 50 millones de personas más si este año no se hubieran abortado”. Es parte del manifiesto que la ‘Coordinadora por la Vida’ leyó en plena plaza de la catedral durante una concentración contra del aborto.
Sus polémicas palabras no tardaron en desatar las críticas de la gente que pasaba por allí. Que les gritaban: “¡Fuera, fuera!”. Incluso estuvieron a punto de llegar a las manos.
En la misma plaza, un coro protesta canta canciones a favor del derecho a decidir. Estos enfrentamientos en Barcelona cerraron una jornada de protestas por toda España a favor y en contra del aborto.
La reforma de Gallardón no gusta a los profesionales especializados en la interrupción del embarazo. “A ningún profesional le gusta que la ley sea tan imprecisa, que la pueda poner cualquiera en una situación de duda y, por tanto, llevándola a procesos uno detrás de otro” confesaba en laSexta Noche el pasado sábado Santiago Barambio, ginecólogo y portavoz de ACAI.
Los colectivos antiabortistas piensan que es un avance y aplauden la supresión del supuesto de malformación. “En pleno siglo XXI anunciar que se va a acabar con la discriminación prenatal del enfermo y del discapacitado es un avance” afirmaba Gador Joya, portavoz de ‘Derecho a Vivir’ también en laSexta Noche.
Un anteproyecto de ley que también ha desatado voces discordantes en el seno del propio partido popular: “No siempre se está el 100% de los militantes y de los dirigentes de acuerdo en el 100% de las cuestiones que se plantean y en esta cuestión del aborto hay opiniones diferentes” dice José Manuel Soria, ministro de Industria.
Un debate que el gobierno se afana en aplacar, pero que parece está más vivo que nunca.