Al dinero B se le llamaba Barcelona. Al A, Alicante, Álvarez Cascos era PAC. Todo cautelas y códigos que la Gürtel no siempre aplicó. Correa y los suyos clasificaban sus pelotazos en actos como éste del PP en Madrid de la forma más gráfica posible. Literalmente como "pufos".

Así lo afirma en sus últimos informes la Policía, que ha encontrado documentación de la trama ordenada así, como ven, en archivos llamados "Madrid actos pufos", "pufos regional Madrid", "pufos Boadilla", "pufos Majadahonda" o "pufos Andalucía".

Pero el hedor mafioso de la Gürtel tocó techo en otro archivo. Quién sabe si a modo de tributo a Vito Corleone, el original, la red corrupta ligada al PP llamó "Distribuzione" a un archivo sobre la repartición de más de 180.000 euros entre sus cinco grandes amigos en Génova 13, fueron Álvarez Cascos, Bárcenas, Jesús Sepúlveda, Gerardo Galeote y Jesús Merino.

Desde Génova, la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, se ha defendido diciendo que en aquellos años la presidencia de la formación en la Comunidad de Madrid no era suya, sino de García Escudero, Pío.

Según ha expresado ante los medios de comunicación, Aguirre ha instado a la Justicia a que "se cierre el sumario Gürtel" para dar carpetazo a la instrucción del caso, que ya dura cinco años. 

Lo que su partido ve como algo normal, en palabras de José Antonio Bermúdez de Castro, portavoz adjunto al Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, "el hecho de que los responsables de una organización política estén en contacto con empresas", para la oposición son novedades que debe investigar una Comisión parlamentaria. Así lo ha denunciado José Luis Centella, portavoz de Izquierda Plural, "el PP no puede seguir bloqueando comisiones de investigación sin situarse en la complicidad".

Complicidad es la que mostraba un empresario que colaboró con Correa en Valencia, que en un correo electrónico resumía con claridad la forma de operar. "Al acabar repartimos y fin de fiesta".