Con una muleta y sin siquiera mirar los periodistas ha entrado al juzgado María Dolores de Cospedal para declarar como testigo en la segunda sesión del juicio por la destrucción de los ordenadores de Bárcenas.

Pero antes de su declaración ha sido el turno de Luis Bárcenas, que ha sido muy duro con el PP. A pesar de haber retirado su acusación en 2016, el extesorero ha confirmado sus declaraciones durante la instrucción.

Ha asegurado que los ordenadores eran suyos, que contenían documentos sobre la caja B del PP, sobre la financiación de campañas, pagos en negro, recibos escaneados y hojas de excel que eran la continuación sus célebres papeles.

Es más, Bárcenas ha apuntado que la destrucción de sus ordenadores fue parte de la operación 'Kitchen', el operativo extrajudicial de Interior orquestado por Villarejo para robarle documentos compremetedores para el PP.

También ha dicho algo nuevo: que en 2012 pidió que avisasen a Mariano Rajoy sobre sus cuentas en Suiza y que éste le dijo que no se preocupase.

En su turno, Cospedal ha dicho que se avisó a los abogados de Bárcenas para que fueran a recoger los ordenadores y que ella no dio la orden de borrarlos.

Los acusados, empleados o exempleados del PP, han sostenido todos la misma versión: que los ordenadores eran del PP, no de Bárcenas, y que no contenían ninguna información. Para lo que no hay explicación es por qué entonces los borraron 35 veces.