Las víctimas de las pelotas de goma han comparecido esta mañana en el Parlamento de Cataluña para exigir la retirada de estos proyectiles. Los diputados han escuchado las peticiones de Nicola Tanno, que perdió el ojo de un pelotazo durante la celebración del Mundial, y de Ester Quintana, que perdió el globo ocular durante la huelga del 14 de noviembre. Ambos reclaman su prohibición.

En su comparecencia ante la comisión de estudio del modelo de orden público y del uso de las pelotas de goma, ha explicado que, con su lesión, de la que sigue tratándose y sin saber cuándo podrá volver a la normalidad, ha perdido visión, la capacidad de calcular distancias y la profundidad, y lleva ocho meses de baja sustentada por su padre, sin posibilidad de mantenerse por sí misma.

Para Quintana, las balas de goma "no evitan daños, sino que generan un pánico generalizado", y ha puesto en cuestión el uso de este material, que, según ella, es antidemocrático.

Ha lamentado que en la comisión solo se estén citando las pelotas de goma para decir que no se prohibirán, y ha recordado que "las balas no discriminan por sexo, edad o profesión. Son incontrolables" y los propios Mossos desconocen su trayectoria cuando las disparan.

En su opinión, los Mossos actuaron sin motivo y de forma desmedida, sin respetar los protocolos policiales.

Para ella, la Generalitat ha gestionado de forma "deficiente" su caso porque no se han interesado por su salud ni qué ha pasado, y les ha preguntado cómo pueden estar seguros de que no fue una pelota de goma.

Ha cuestionado que los policías estén bien formados y sean conscientes "de la potencia lesiva del material que utilizan" y ha pedido que vayan identificados y no se tapen la cara en sus actuaciones, porque deben ser iguales que el resto de ciudadanos.