Los agentes de inmigración detuvieron al marido de una mujer cuando la llevaba al hospital para dar a luz. A punto de parir, tuvo que conducir ella misma desde una gasolinera al centro médico.

"Me decían que todo iba a estar bien que no me preocupara que íbamos a conocer al bebé pero al estar yo sola me sentí fatal", ha contado la mujer.

Su marido no pudo acompañarla en el parto ni ha conocido a su hijo. Está detenido a la espera de ser deportado.

María del Carmen y Joel son mexicanos, llevan 12 años residiendo en situación irregular en Estados Unidos. Separados de su padre, sus cinco hijos no son capaces de celebrar la llegada de su nuevo hermano.

"Como él me dijo una vez, si algo llegara a pasar, yo era el que tenía que dirigir a la manada", ha declarado uno de los hijos.

Lo que ha pasado es que esta familia se ha topado con las políticas antiinmigración de la Administración Trump. Esta semana la Fiscalía General emitió una orden para acelerar las deportaciones de los sin papeles. Un paso adelante en las llamadas políticas de tolerancia cero que llegaban incluso a separar a menores de edad de sus padres.

Pese a que la presión social provocó la revocación de esta práctica en junio, unos 500 niños migrantes aún no han sido reagrupados con sus familias. Y eso que el plazo para reunirlos se cumplió hace casi un mes.