El Servicio Nacional de Tráfico Aéreo británico (NATS, siglas en inglés) informó de que el sistema está ya operativo, pero muchos pasajeros pueden experimentar retrasos en algunos aeropuertos hasta que la situación vuelva totalmente a la normalidad.
Otros aeropuertos, como el londinense de Gatwick, han pedido a los pasajeros que se pongan en contacto con sus compañías aéreas para conocer el estado de sus vuelos. Miles de pasajeros se vieron ayer afectados por cancelaciones y retrasos de vuelos en el Reino Unido a raíz de un fallo informático en un centro de control aéreo en el sur de Inglaterra. Los aterrizajes y despegues quedaron restringidos en Londres y el sur del país durante más de una hora por un error técnico que investiga el NATS.
"Después de un fallo técnico en el sistema de datos de los vuelos utilizado por los controladores de tráfico aéreo en Swanwick (sur inglés), NATS puede confirmar que el sistema ha sido restablecido al pleno de su capacidad y continúa una exhaustiva investigación para identificar la causa", indicó NATS.
A pesar de que el sistema ha sido restablecido, "llevará un tiempo para que las operaciones aéreas en Reino Unido puedan recuperarse plenamente, así que los pasajeros deberían contactar con sus aerolíneas sobre la situación de sus vuelos. Lamentamos el impacto que este problema ha tenido y los retrasos e inconvenientes provocados", puntualizó NATS en su comunicado.
Numerosos aeropuertos se vieron afectados, incluso los escoceses de Aberdeen y Edimburgo, pero los mayores problemas ocurrieron en los londinenses de Heathrow y Gatwick. El ministro británico de Transporte, Patrick McLoughlin, calificó el problema de "inaceptable" y consideró que cualquier alteración en el sistema de aviación del Reino Unido es "un asunto de gran preocupación, especialmente en esta época del año de cara a la temporada de vacaciones (navideñas)".
"Una alteración de este tipo es simplemente inaceptable y he pedido a NATS una explicación completa de este incidente. También quiero saber qué pasos se tomarán para impedir que esto vuelva a ocurrir", declaró McLoughlin a los medios británicos. El NATS descartó que el fallo fuese provocado por un ataque informático o un problema en el suministro eléctrico. El fallo hizo que los controlares no pudieran visualizar en sus pantallas los datos necesarios para vigilar el tráfico.