Las caras de los cronistas de la Casa Blanca eran un poema. No podían creer cómo el portavoz de Trump justificaba la intervención contra Al Asad. "Ni siquiera alguien tan despreciable como Hitler se rebajó a usar armas químicas", declaró Sean Spicer, quien pareció olvidarse, por ejemplo, de las cámaras de gas del Holocausto nazi.

Ante la estupefación y repreguntas de los periodistas, intentaba explicarse entre balbuceos: "Si hablamos de gas sarín, no, (Hitler) no lo usó contra su gente como Al Asad está haciendo". Spicer, tendente a meterse en berenjenales en sus ruedas de prensa, esta vez sí ha tenido que pedir perdón.

"Los dos, Hitler y Al Asad, han hecho cosas horribles a inocentes, cualquier comparación es odiosa, un error", ha lamentado el portavoz de la Casa Blanca. Disculpas que la comunidad judía estadounidense ya ha aceptado.

El presidente Trump, por su parte, ha explicado en su querida FOX que fueron las imágenes de los niños sirios las que le movieron a llamar a su secretario de Defensa y ordenar este quiebro en su política exterior. Putin está respaldando a una persona verdaderamente malvada. (Al Asad) es un animal", ha afirmado sin rodeos el magnate republicano.

Cómo no, Trump también ha aprovechado para asestar otro golpe a su predecesor: "Yo sólo he hecho lo que debió hacer Obama". Además, no descarta, anuncia, más ataques en Siria si Al Asad no cede.