La Franja palestina ha registrado, desde el inicio de la última ofensiva israelí el 8 de julio, 1.867 fallecidos y 9.563 heridos, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Sanidad en Gaza.
En el lado israelí son 67 los fallecidos, de los que 64 son soldados y oficiales del Ejército israelí muertos en combate y los otros tres civiles -dos israelíes y un tailandés- que perecieron como consecuencia del impacto de proyectiles disparados de Gaza.
Las perdidas por la operación militar en la que Israel ha bombardeado más de 4.800 objetivos, han sido valoradas en unos 5.000 millones de dólares y afectan desde edificios públicos a propiedad privada, pasando por viviendas, infraestructuras de agua y electricidad y hasta los depósitos de su única central eléctrica.
Según un informe difundido el martes por el Ministerio de Información palestino, basado en estadísticas locales y de organismos internacionales, unas 10.600 viviendas han sufrido las consecuencias de los bombardeos, de las que 8.880 han quedado parcialmente dañadas y 1.724 completamente destruidas.
En Israel, el Ministerio de Finanzas y varios economistas calcularon la semana pasada en 3.500 millones de dólares el coste del conflicto armado, entre armamento, retribución a 82.000 reservistas, daños materiales, compensaciones a damnificados y pérdidas de productividad.