Ingrid iba en un autobús cuando vio el cuerpo del militar asesinado en la acera y pensó que se trataba de un accidente pero pronto comprendió que no era así.
Cuando se bajó del autobús para ayudar, uno de los asesino se acercó a ella y fue capaz de mantener una conversación con él a pesar de que iba armado. “Mejor que me hiciese daño a mí que a un niño, porque había madres con hijos muy cerca”, asegura Ingrid quien dice que actúo por puro instinto.
En el momento, que está en boca de todo el mundo, Ingrid le pregunta al atacante por qué ha matado al soldado a lo que él le contestó que “porque ha matado a muchos musulmanes y estoy furioso con la gente que mata musulmanes en Afganistán".
El presunto asesino lanzó una amenaza: “¡Vamos a empezar una guerra en Londres!”. Mientras. Ingrid mantuvo la calma y trato de convencerle para que le entregara el cuchillo. “Ahora mismo sois dos contra una multitud. Vais a perder”, dijo la mujer a su atacante.