El Reino Unido planta cara a las grandes multinacionales que desvían sus beneficios para tributar en otro país y gravará con un 25% todas las ganancias que se obtengan en su territorio, incluída la venta online. Algunas compañías llegan incluso a declarar pérdidas. El gobierno de Cameron calcula que recaudará 1700 millones de euros en cinco años, mientras que los expertos creen que es una medida electoralista muy difícil de aplicar debido a todo el entramado empresarial que utilizan estas compañías.
Reino Unido, dispuesto a frenar las 'trampas' de las multinacionales