Los observadores aparecen vestidos con uniforme militar en el interior de una vivienda y uno de ellos, que se identifica como capitán del batallón filipino de esta fuerzas de la ONU, asegura que se encuentran a salvo. El grupo denominado Brigada de los Mártires de Yarmuk se atribuyó ayer el secuestro y acusó a los capturados de ayudar a las fuerzas del régimen de Bachar al Asad a desplegarse en las proximidades de la aldea siria de Yumla, cercana a los Altos del Golán y ocupada hace tres días por los insurgentes.
En el vídeo, de 43 segundos de duración y mala calidad, el citado capitán explica, sin embargo, que civiles los trasladaron a esta vivienda debido a que cuando pasaban cerca de Yumla se vieron obligados a detenerse debido a los bombardeos. "Los civiles nos ayudaron y ahora estamos a salvo. Nos han distribuido en distintos lugares por nuestra seguridad y nos han dado buen alojamiento, comida y agua", dice el miembro de la misión de la ONU.
Esta versión contrasta con la facilitada ayer por los rebeldes, que condicionaron la liberación de los observadores a que las fuerzas del régimen sirio se retiren de los alrededores de Yumla.
Los observadores filipinos son miembros de la misión de la ONU en los Altos de Golán (UNDOF), que supervisa el cumplimiento del alto el fuego entre Israel y Siria en esa zona, ocupada por el estado hebreo en la Guerra de los seis días, de 1967. El Consejo de Seguridad de la ONU y el secretario general de este organismo, Ban Ki-moon, condenaron ayer la retención de los observadores y exigieron su liberación "inmediata e incondicional".