El tribunal lo condenó por tres intentos de asesinato tras un proceso en el que los psiquiatras determinaron que el hombre, de 35 años, había querido castigar a su esposa agrediendo a sus hijos.
Su mujer, de 31 años, había amenazado con denunciarle de nuevo ante la policía si la volvía a maltratar. Según la acusación de la Fiscalía, el hombre era incapaz de aceptar que su esposa quisiera adaptarse a las costumbres y reglas de Alemania y no aceptara su antiguo papel en la familia. Los hechos ocurrieron el pasado 1 de febrero en un albergue de refugiados de la localidad de Lohmar, cercana a Bonn.
El hombre arrojó por una ventana del albergue a sus tres hijos; la mayor, de siete años, sufrió heridas graves y se llegó a temer por su vida, mientras que el niño, de cinco años, sufrió varias fracturas y la más pequeña, de un año, resultó herida leve al caer sobre su hermano, según relató la edición digital del semanario "Der Spiegel". El hombre había abandonado Siria en 2014 y su familia se reunió con él más tarde en Alemania.