Una gota naranja en medio de un océano enbravecido. Así se veía el bote salvavidas de la tripulación del 'Bounty' cuando lo localizaron. En su interior se asomaron dos cabezas sonrientes, estaban salvados, o eso pensaban, porque no fue un rescate sencillo.
Primero descendía un guardacostas que nadaba hasta ellos entre olas de más de cinco metros. Una vez bien agarrado, lo lleva hasta la cesta metálica, que esta vez si, se eleva hasta un lugar seguro.
Una de las quince supervivientes no soportó las gélidas aguas y falleció poco después. Del que no se sabe nada es del capitán del barco, cuya orden de abandono del barco salvó a todos.
Tras un fallo mecánico, el 'Bounty' quedó a merced de 'Sandy' y se dirigía hacia el ojo del huracán, que poco después fue engulléndolo en un final casi tan épico como muchos de los que había protagonizado en la gran pantalla.