En una camioneta ahora convertida en un amasijo viajaban 26 personas de una misma familia. Entre las víctimas mortales hay 22 niños. Es el día a día en Yemen. El bando hutí acusa a la coalición árabe liderada por Arabia Saudí del ataque.

Después de más de tres años de guerra, la ONU alerta de que los niños se están convirtiendo con cada vez más frecuencia en objetivo de los ataques. Más de 10.000 muertos después, nada indica que el conflicto vaya a remitir.

"No hay visos de arreglarse pero es una guerra discreta, yo diría que pasa bastante desapercibida porque no es un lugar estratégico, los intereses directos de occidente no están en juego ", asegura Ignacio Cembrero, experto en mundo árabe.

Apenas hay visos de llegar a una solución en las negociaciones de paz previstas en Ginebra. El país, devastado por el conflicto, sufre una de las peores crisis humanitarias del mundo.

Hay al menos 2.300 casos documentados de niños soldado .Es su única salida en un Yemen sin oportunidades. Ammar, con solo 14 años ya sabe lo que es empuñar un arma y casi morir en combate.

"Tuvieron que quitarme el brazo, y sacar la metralla que tenía en el hígado, los pulmones y los ojos", explica Ammar, que a su corta edad ya es combatiente de las milicias hutíes.

"Está habiendo reclutamientos de niños por parte de todos los bandos en conflicto", asegura Blanca Carazo, responsable de programas de Unicef Comité Español.

Los países occidentales también sacan partido y consienten esta guerra. Hace tan solo unas semanas, una bomba de 227 kilos proporcionada por Estados Unidos y lanzada por la coalición árabe mató a 40 niños de un bastión hutí.

Los insurgentes, apoyados por Irán, resisten en la capital y en sus alrededores.