Los equipos de rescate siguen excavando en Amatrice, pero ya no buscan supervivientes, sólo recuperar los cuerpos que aún podrían haber quedado sepultados entre los escombros. En la memoria, los rescates de los últimos días.

"Tan pronto la vimos, nos pidió agua. Le preguntamos cómo se llamaba y dijo con voz fuerte: 'Giorgia'. En ese momento, nos sobrecogimos y empezamos a aplaudir", relata Matteo, miembro de un equipo de rescate. Un perro hizo posible el rescate con vida de la niña.

Pero aún quedan víctimas por identificar, algo para lo que son precisos exámenes de ADN. "Todavía estamos trabajando día y noche, sin parar. En los últimos dos días hemos recuperado tres cuerpos y hemos descubierto otros tres", explica Luca Cari, uno de los bomberos. También se trabaja para que los edificios que quedan en pie no colapsen, ya que presentan serios daños estructurales y precisan ser derribados.

Ascenzio Attenni, uno de los habitantes de la zona, ha perdido su casa en la tragedia, pero está emocionado y agradecido porque, a pesar de todo, su mujer y él están bien. Ha tardado cuatro días en reencontrarse con ella. "Es horrible porque me ha llevado 20 años tener mi casa. Y luego... en 10 segundos se ha venido abajo. Como la de otros tantos... Horrible, pero tengo que agradecer a Dios que estamos vivos", considera el vecino italiano.