Según la Organización Internacional del Trabajo, más de 2.3 millones de personas pierden la vida cada año por accidentes y enfermedades laborales.
La organización ha dicho que el coste directo e indirecto de los accidentes y enfermedades asciende a unos 2.120 millones de euros. Asimismo, ha recalcado que "estas cifras son inaceptables" y que, pese a ello, "estas tragedias cotidianas con frecuencia no son captadas por el radar mundial".
"Es evidente que queda mucho por hacer. Los accidentes laborales graves son, en primer lugar, tragedias humanas, pero la economía y la sociedad también pagan un precio alto", ha dicho el director general de la OIT, Guy Ryder.
En este sentido, Ryder ha recalcado que "el derecho a un lugar de trabajo seguro y sano es un derecho humano fundamental, un derecho que debe ser respetado en todos los niveles de desarrollo y en diferentes condiciones económicas".
"El respeto de este derecho es una obligación, así como una condición para el desarrollo económico sostenible. La prevención es posible, necesaria y rentable", ha valorado Ryder.
Por su parte, el presidente de la Asociación Internacional de la Seguridad Social, Errol Frank Stoové, ha manifestado que "invertir en la prevención de los riesgos ha generado beneficios socioeconómicos extraordinarios".
"Sin embargo, con un mundo del trabajo en drástica transformación, la salud y el bienestar de los trabajadores sigue siendo una preocupación sobre todo debido a la tensión mental y ergonómica", ha lamentado.
Por ello, Stoové ha resaltado que "esta situación exige que desarrollemos nuevas estrategias integradas para la prevención que relacionen la seguridad, la salud y el bienestar de los individuos".
Según 'The Economist'
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