"La crisis financiera mundial podría entrar en una fase más crónica caracterizada por un deterioro de las condiciones financieras y por episodios recurrentes de inestabilidad financiera", señala la institución en el primer capítulo de su 'Informe de estabilidad financiera global'.

No obstante, el FMI destaca que el efecto combinado de los mayores compromisos políticos y de los estímulos monetarios han permitido atenuar los riesgos más agudos en los mercados.

De hecho, en el caso de la zona euro, el informe del FMI aprecia una "considerable disminución" de los riesgos agudos para la estabilidad, aunque advierte de que "muchos bancos en la periferia de la zona euro" afrontan problemas relacionados con los altos costes de financiación, el deterioro de la calidad de los activos y la escasa rentabilidad.

De este modo, el informe señala que, mientras en EEUU el proceso de saneamiento "prácticamente se ha completado", ciertos bancos europeos necesitan "redoblar los esfuerzos". "En particular, los bancos en la periferia de la zona euro se enfrentan a desafíos considerables que disminuyen su capacidad para apoyar la recuperación económica", añade.

La institución dirigida por Christine Lagarde apunta que las empresas de la periferia del euro se ven asimismo afectadas directamente por la debilidad de los balances de la banca, así como por las dificultades inherentes al ciclo económico y a su propio sobreendeudamiento, para el que recomienda combinar la venta de activos con recortes del dividendo o la inversión.

Por otro lado, el FMI sostiene que el uso de políticas monetarias no convencionales en las economías avanzadas brinda un apoyo "esencial" a la demanda agregada, pero advierte de que su uso durante un periodo prolongado de tiempo puede llevar el apetito por el riesgo a niveles generadores de fuertes efectos secundarios. En este sentido, la institución señala que estas políticas monetarias permiten un reequilibrio de las carteras de los inversores privados hacia activos de mayor riesgo.

"Sin embargo, un periodo prolongado de expansión monetaria podría situar el reequilibrio de las carteras  y el apetito por el riesgo en niveles que generarían fuertes efectos secundarios negativos", advierte el FMI, que considera "imperativo" vigilar de cerca y controlar estos efectos.