El Índice Mundial de Innovación, publicado por dos reputados centros de investigación en colaboración con la Organización Internacional de la Propiedad Intelectual (OMPI), muestra que China es el primer país de ingreso medios que se une a las economías altamente desarrolladas que tradicionalmente han dominado esta clasificación.

Los autores del análisis destacan que, pese a la progresión de China, "persiste la brecha en materia de innovación entre países desarrollados y en desarrollo", aunque hay cada vez un mayor convencimiento sobre la necesidad de fomentar la innovación. En primeros cinco lugares de este ránking se encuentran, por orden descendente, Suiza, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y Finlandia.

Los indicadores analizados para cada uno de los 128 países incluidos son la calidad de sus instituciones, el capital humano vinculado con la investigación, la infraestructura, la sofisticación del mercado y de los negocios, el conocimiento y la producción tecnológica y la producción creativa.

De todos ellos, España obtiene la mejor nota en el ámbito de infraestructura, en particular en las áreas de servicios públicos en línea y de desempeño medioambiental. También exhibe sobresaliente en cuanto a la sofisticación de su mercado en materia de crédito, de competencia y de comercio. De los resultados del índice se desprende que para que haya innovación es necesario invertir de manera constante y no sólo por periodos.

De acuerdo a esos elementos, Japón, Estados Unidos, Reino Unido y Alemania ocupan los primeros lugares, mientras que China escala a la posición 17, lo que convierte a ese país en líder entre las economías de medianos ingresos, seguido de la India. "La innovación es cada vez más global y las economías emergentes se convierten igualmente en líderes en innovación transfronteriza y en la que demanda la cooperación entre países", explica el director ejecutivo del Business School for the World.