The Emirates FA Cup, torneo de fútbol inglés que presume de ser el más antiguo del mundo, fue testigo de una polémica situación el pasado sábado 5 de noviembre. Dos modestos equipos, el Whitehawk y el Stourbridge, empataban a uno en un partido de la primera ronda cuando, en la última jugada, un rebote provocó que el árbitro Robert Whitton decidiese pitar el final del partido, pero con la mala suerte de que dicho rebote acabó en golazo por la escuadra.
El Whitehawk se disponía a sacar el último saque de esquina del encuentro, pero ninguno de sus dos remates vio puerta. Cuando la oportunidad parecía extinguirse tras rebotar el balón en un defensa, el árbitro pitó el final en el momento exacto en que Javier Favarel chutaba de volea a la misma escuadra.
El árbitro ya había emitido uno de los tres tradicionales pitidos que señalaban el final del partido justo antes de que el jugador golpease el balón, y decidió por ello anularlo. Pese a la indignación local, el marcador no se movió y fue el Stourbridge quien pasó a la segunda ronda.